miércoles, noviembre 01, 2006

La Ascencion de Endymion


Es un problema. Contar estas cosas. Compartir el momento más íntimo y sagrado. Volcar estas cosas en palabras es como una violación. Y no hacerlo es una mentira.
Ver y sentir a nuestro ser amado desnudo por primera vez es una de las epifanías puras e irreductibles de la vida. Si existe una religión Verdadera en el universo, debe incluir la verdad de este contacto o ser hueca para siempre. Hacer el amor con la única persona que merece ese amor es una de las pocas retribuciones absolutas de la condición humana, y compensa todo el dolor, la pérdida, la torpeza, la soledad, la idiotez, las concesiones y la ineptitud que acompañan esa condición. Hacer el amor con la persona indicada compensa muchos errores.
Yo nunca había hecho el amor con la persona indicada. Lo supe la primera vez que Aenea y yo nos besamos y abrazamos, aun antes de que comenzáramos a movernos... despacio, rápidamente, de nuevo despacio. Comprendí que en realidad nunca había hecho el amor con nadie, que las andanzas sexuales del joven soldado entre mujeres amistosas o las aventuras ocasionales donde había creído explorar y descubrirlo todo no eran ni siquiera el principio.
Esto fue el principio. Recuerdo que en un momento Aenea se irguió sobre mí, su mano en mi pecho, su pecho empapado de sudor, mirándome con cálida intensidad, como si nuestra mirada nos uniera tan íntimamente como nuestros muslos y genitales. Y en el futuro yo recordaría este instante cada vez que hiciéramos el amor, como si estos primeros momentos de intimidad fueran un recuerdo prospectivo de esos momentos venideros.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

QUE DIOS TENGA MISERICORDIA DE TI Y QUE SU SALVACION TE ALCANCE. JESUS ES EL UNICO CAMINO HACIA EL PADRE....NADIE PUEDE VER AL PADRE SINO A TRAVES DE EL.... EL ES EL CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA...QUE DIOS TE BENDIGA Y QUE LA VERDAD DE DIOS TE QUITE LA CEGUERA ESPIRITUAL